A propósito del 179 aniversario de la Independencia Nacional, nos urge la necesidad de evaluar algunos acontecimientos en el último lustro, que guardan relación con la invasión haitiana de 1822, de Jean Pierre Boyer, cuyo objetivo fundamental es la fusión de los dos Estados que comparten la Isla de Santo Domingo, proyecto auspiciado por potencias extrajeras.

La Republicana Dominicana ha sido solidaria con los problemas ancestrales de Haití y, sin embargo, ha sido sentada en el banquillo de los acusados en cortes internacionales.

Los haitianos que viven en el país sin documentación legal consumen una parte abultada del presupuesto destinado a los sectores Salud y Educación. Se calcula que un 20% de la Ley de Gastos Públicos destinado al reglón de la salud, es adsorbido por la población haitiana, especialmente parturientas.

Además, el Artículo 135 del Código de Trabajo, establece que la mano de obra extrajera no pasará de un 20% por empresa y el otro 80% a los dominicanos. Sim embargo, conforme con el estudio de la Comisión Económica para la América Latina El Caribe (CEPAL), la participación de haitianos ilegales es de una 64.1%, mientras los nativos se sitúan en una 52.8%. Es decir, sería injusto acusar de xenófobo y racista a un país que siempre ha servido a su hermano más cercano, como tampoco a aquellos que objetan y protestan por la masiva presencia haitiana en el territorio dominicano.

No obstante, quien suscribe ha sido un emigrante esporádico en el exterior, cumpliendo con todas las leyes que dicta la Constitución estadunidense en materia de Migración, porque en ninguna parte del mundo la ilegalidad genera derechos, en un Estado de derechos la migración ilegal actúa en contra del Estado, por tanto genera múltiple problemas que afectan a un país.

La Republica Dominicana tiene una Ley de Migración, 285-04, que establece las condiciones que debe reunir un extranjero para adquirir la residencia dominicana.

Pero al ritmo que va la Republica Dominicana puede ir viéndose en el espejo de Kosovo. Kosovo fue una ciudad de Serbia cuyos habitantes eran en su mayoría inmigrantes de Albania quienes declararon su independencia de Yugoslavia, y que guardan cierta similitud con lo que está ocurriendo en el país respecto a la masiva inmigración haitiana, y que puede trastornar la vida política y soberana de los dominicanos.

Durante siglos Kosovo (Cibao) fue territorio de la República Serbia (Republicana Dominicana). Por muchos años los albaneses (haitianos) empezaron a emigrar hacia el lado Serbia (República Dominicana) especialmente hacia la rica e industriosa región de Kosovo (Cibao). Los albaneses (haitianos) cruzaban la frontera en busca de trabajo y tener una mejor vida en Serbia (República Dominicana) que no la podía conseguir en el pobre país de Albania (Haití).

A través de los años la población inmigrantes albaneses (haitiano) fue creciendo tanto que Serbia (República Dominicana), que Kosovo (Cibao) eran mayoría. Cuando los serbios (dominicanos) abrieron los ojos y quisieron expulsar a los albaneses (haitianos) de Kosovo (Cibao), se armó tremenda guerra entre esos dos países. Con el apoyo de la OTAN, Estados Unidos y los países europeos, los albaneses expulsaron a los serbios (dominicanos) de su propio territorio. Y los albaneses (haitianos) se quedaron con Kosovo (Cibao).

Si la población haitiana se hace mayoría en territorio dominicano, terminará quitándole la soberanía a la Republicana Dominicana. Si mañana, Dios nos cubra, se armara un conflicto bélico con Haití, debido a esta inmigración creciente, ¿de qué lado estarán las grandes potencias?…..mmmm!

Por Redacción

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