Hasta el 16 de marzo de 1968 los únicos norteamericanos que se oponían a la guerra de Vietnam eran los Hippies y pacifistas, pero a partir de ese día la historia cambiaría.
Esa mañana el capitán Ernest Medina movilizó sus divisiones en helicópteros al sur de Vietnam en busca de Vietcongs, la compañía a cargo del teniente Williams Laws Calley fue dejada en la aldea de “My Lai”.
El teniente al no poder identificar a ningún enemigo real, perdió el control y junto con otros soldados exaltados, violaron a niñas y mujeres, golpearon a niños y ancianos ante la mirada de los adultos atados, el horror continuó con la quema de la aldea y el fusilamiento de todos sus habitantes, cerca de 500 civiles.
Cuando los helicópteros regresaron y el capitán vio lo que habían hecho comprendió que su carrera también corría riesgos y presentaron un informe aduciendo que habían encontrado más de 120 vietcongs y que los civiles los apoyaron.
Su coartada se desmoronó cuando el alto mando solicitó las armas incautadas y solo habían obtenido 3.
Un juicio secreto se llevó en los EEUU contra “Callay” que fue condenado a prisión perpetua pero Nixon lo indultó por lo que hoy en día envejece junto a su familia en Columbus.
El hecho fue escondido a la prensa hasta que 18 meses después el fotógrafo del escuadrón Ronald L. Haeberle mostró las fotos al periodista Seymour Hersh. este decidió publicarlas provocando un vuelco en la opinión pública norteamericana que empezó a movilizarse masivamente contra la intervención en Vietnam. En 2006 se decodificaron los archivos pero el departamento de estado se negó a reabrir el caso.