Era el acontecimiento más importante del año para América Latina pese a ocurrir, al menos geográficamente, fuera de la región.

Las elecciones estadounidense siempre determinan equilibrios políticos y repercuten en las economías locales de México a Argentina y el inminente regreso de Donald Trump a la casa blanca ha despertado reacciones muy dispares entre los gobernantes del continente. Como escriben Federico Rivas Molina desde Buenos Aires, Naiara Galarraga desde Saõ Paulo y Elías Camhaji desde Ciudad de México, los sentimientos que provocó el triunfo del candidato republicano van de la inquietud a la euforia.

El vecino México recibió los resultados electorales con prudencia. La presidenta Claudia Sheinbaum, una científica ecologista de izquierdas en las antípodas ideológicas del magnate, aseguró que no “no hay ningún motivo de preocupación”. No obstante, las consecuencias del segundo mandato de Trump han disparado las alarmas en distintos sectores. Las enormes repercusiones de la relación bilateral y la agenda antiinmigración del ganador, que amenazó a López Obrador con una guerra arancerlaria si no acataba su plan, anticipan un horizonte muy complejo.

Javier Milei, el presidente ultraderechista de Argentina, fue en cambio el que, junto con el salvadoreño Nayib Bukele y el exmandatario brasileño Jair Bolsonaro, el que más celebró la victoria del republicano. «Formidable victoria electoral” , lanzó a través de las redes sociales. El Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, en cambio, que apoyaba abiertamente la candidatura de Kamala Harris, se limitó a cumplir con la cortesía diplomática, como hizo el presidente de Chile, Gabriel Boric.

En Colombia una figura como la de Trump puede chocar frontalmente con la de Gustavo Petro. En cualquier caso, el veterano dirigente izquierdista felicitó al magnate y le mencionó sin rodeos un asunto central de la política exterior de Bogotá. “La única manera de sellar las fronteras es con la prosperidad de los pueblos del sur y el fin de los bloqueos”, indicó en clara referencia a Venezuela y a las sanciones impuestas por Washington al Gobierno de Nicolás Maduro. La oposición antichavista aplaudió el resultado en Estados Unidos, aunque durante su primer mandato Trump no contribuyó en absoluto a resolver la gravísima crisis política y social que sufre el país caribeño y hasta expresó su admiración por Maduro en privado, según reveló una exasesora, por ser un hombre «fuerte».

Opinion compartida del periódico El País.

Por Redacción

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