Elon Musk, el hombre más rico del mundo, ya tiene su cargo en el próximo Gobierno de Donald Trump. A partir del 20 de enero estará al frente del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental junto al empresario Vivek Ramaswamy.
El dueño de X lo celebró amplificando en la red social el acrónimo de la cartera que él mismo sugirió, DOGE, y que coincide con Doge, el meme del perro shiba inu popularizado hace una década y después convertido en símbolo de Dogecoin, la criptomoneda favorita del empresario tecnológico.
Así aterriza el fundador de Testla y SpaceX en la segunda Administración de Trump, con el objetivo de recortarla.
Musk se ganó en los últimos meses un lugar privilegiado junto al próximo presidente. Y mientras sigue haciendo negocios ha afianzado su posición en la primera línea de la política estadounidense. Junto a él, el magnate republicano ya ha elegido quiénes ocuparán algunas de las plazas clave de su Gabinete.
El senador por Florida Marco Rubio será el primer latino en asumir las riendas del Departamento de Estado. De origen cubano y nítidamente conservador, Rubio se enfrentó a Trump y salió amargamente derrotado en las primarias de 2016. No obstante, se ganó su confianza hasta el punto de sonar como candidato a vicepresidente.
Duro con China, proisraelí y contrario a la ayuda a Ucrania, Rubio será clave en la relación con América Latina. De hecho, su elección lanza un mensaje claro, ya que un latino será uno de los encargados de impulsar la agenda antiinmigración de la próxima Administración. Trabajará en ese cometido con la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, próxima secretaria de Seguridad Nacional, quien también estuvo en la terna de los posibles aspirantes a la vicepresidencia hasta que contó en sus memorias que hace años mató a uno de sus perros
Entre otros cargos ya asignados figuran el de secretario de Defensa, que Trump dio a un presentador de Fox News. Pete Hegseth es un veterano del Ejército que ha estado destinado en Guantánamo, Irak y Afganistán.
Al frente de la CIA nombró a John Ratcliffe, quien fue congresista por Texas y ya trabajó con el republicano durante su primer mandato. En cualquier caso, todos los elegidos tienen algo en común: la lealtad incondicional a Trump.