El 10 de mayo de 1996 comenzaba una jornada negra para el alpinismo mundial, ese día se desataba la «Tragedia de Everest».
A mediados de la década del ’80 había nacido el llamado «Comercio del Everest», donde empresas o emprendedores privados lideraban contingentes de escaladores para alcanzar sus 8848 mts de altura.
Hacia 1996 la cantidad de grupos complicaban la logística del tráfico. Había grietas, acantilados y pasos donde solo podía hacerse de a uno a la vez y muy lentamente por la fatiga y falta de oxígeno.
La colocación de cuerdas fijas, la provisión de tanques de oxígeno y demás accesorios se repartía entre los grupos mas experimentados. A principios de mayo de 1996 había mas grupos que organización, los campamentos estaban repletos de carpas y los alpinistas dormían hacinados esperando el mejor clima para alcanzar la cima.
El 9 de mayo los 5 grupos mas importantes intercambiaron tareas y responsabilidades incluyendo a grupos menos experimentados y novatos. Los 5 principales eran «Adventure Consultants», «Mountain Madness», «Expedición Taiwanesa», «Policía Fronteriza Indo-Tibetana» y La «Expedición Fukuoka». Rob Hall y Andy Harris de «Adventure Consultants» y Scott Fischer y Anatoli Bukréyev de «Mountain Madness», eran los guías mas experimentados de todos los grupos y sobre los que recaía la mayor responsabilidad.
En las primeras horas del 10 de mayo, desde el campamento IV a 7.900 mts partieron todos los grupos. Los problemas surgieron de inmediato, en el llamado «Balcón» y en el «Escalón Hillary» no estaban colocadas las cuerdas fijas. Esto retrasó horas el paso del nutrido grupo.
La separación de seguridad entre alpinistas provocaba atascamientos y detenciones no programadas. Pese a que la hora límite aconsejada para llegar a la cima eran las 14:00 hs y ya les resultaría imposible los 4 líderes decidieron continuar. 4 clientes de «Adventure Consultants» decidieron no acompañar a su líder y regresaron al campamento. El desorden se apoderó de los grupos, se dispersaron y perdieron el control de sus ubicaciones.
El grupo de «Mountain Madness» liderado por Anatoli Bukréyev fue el primero en hacer cumbre y emprendió el regreso cuando aún faltaban llegar mas de 30 personas. Con grupos que subían y bajaban, se produjeron nuevos atascamientos y retrasos, esto hiso que se consumiera mas oxígeno que el previsto. Para empeorar las cosas se desató una feroz tormenta cuando aún había alpinistas dispersados por toda la ruta y sin oxígeno como para el regreso. Cuando el guía Rob Hall regresaba de la cumbre «barriendo» a los rezagados se encuentra con Doug Hansen ascendiendo, ya lo había intentado en 1995 y no había podido. Le rogó a Hall que lo ayudara a llegar, en vez de obligarlo a bajar inexplicablemente volvió a subir, ya eran mas de las 16:00 Hs. Cuando iniciaron el descenso se dieron cuenta que no llegarían al campamento y pidieron que alguien les alcance oxígeno, ignorando el caos que había mas abajo. Para ese entonces ya era imposible volver a la cumbre sin embargo su colega Andy Harris decidió subir y nunca mas se supo de él.
La mayoría de los rezagados debieron pasar la noche a la intemperie. La última noticia desde la montaña llegó en la mañana del 11 de mayo cuando por radio Hall les comunica que Hansen había caído y él estaba congelado. Pidió un enlace satelital para despedirse de su esposa y luego reinó el silencio. El saldo fue de 8 muertos, lo mas llamativo es que entre ellos se encontraban los 3 guías mas experimentados Rob Hall, Andy Harris y Scott Fischer. Entre los sobrevivientes hubo secuelas mentales y físicas de por vida por los efectos de la congelación. El cuerpo del hindú Tsewang Paljor, conocido como «El botas verdes» fue durante 20 años referencia para otros alpinistas para saber la distancia que faltaba hasta la cima. Pese a que fue encontrado, la esposa de Rob Hall pidió expresamente que no bajaran el cuerpo de su esposo, él pertenecía al Everest, aún se encuentra sentado allí, esperando.