Geury Montero/Periodista.
Mi querida base quiero felicitarte y esta vez por partida doble, fueron 16 años sin saborear el néctar de la victoria de una forma arrolladora, no hubo tiempo de festejar desde las municipales hasta la recién pasadas elecciones atípicas y llenas de obstáculos concluidas el cinco de julio que proclamaron a Luis Abinader como presidente de todos los dominicanos/as, , esos que son miembros del partido de la liberación dominicana (PLD) 36.03%, que apostaron a su derrota, y que hoy como todo dominicano/a puede optar por empleo digno en el estado.
La otra parte de ciudadanos quisqueyano/as materializaron con votos un 52.52%, traducido en trabajo y buenas intenciones para con un candidato que los representaba, porque tenía la mejor propuesta, por ende era la mejor opción.
Una merecida victoria del país, que sin episodios fatídicos no habrían producido el tan anhelado cambio que se impregnó en la piel de cada dominicano y dominicana desde una plaza de banderas, que desde la suspensión de las elecciones en febrero de este mismo año, entendió que el fin de una era había terminado.
El fin de la corrupción, de la impunidad, del clan familiar que servía de testaferros, los lapiceros súper costosos, la malversación de fondos en publicidad desmedida, el uso de la pandemia como negocio, así como la saturación de la nómina pública, junto a la presión convertida en suicidio de un ingeniero en las oficinas de una institución que será absorbida por la presente gestión.
Es por esto que la gente se manifestó como nunca y se apostó en la Plaza de la Bandera, protestó y luchó hasta conseguir apalancar un proyecto que llevaba años sosteniéndose en unas columnas humanas llamadas bases internas del Partido Revolucionario Moderno (PRM), pero que hoy ya nadie las recuerda.
En mi caso jamás olvidare cada esfuerzo de cada compañero, que no le pesó echarle los únicos 100 pesos de gasolina a su motor para llevar masivamente a votar, al que puso dinero de su negocio porque la logística no llegó, ni las recargas, tampoco olvido a ese que sin mirar a un lado se echó un grupo de 54 personas a sus hombros en pleno centro de votación suministrándole desayuno, comida y transporte, tampoco al que expuso su vida, y así como al que pereció (como Julio), víctima de un disparo, en un incidente de algún centro de votación.
No, no los puedo olvidar, pues junto caminamos desde el 2012 hasta que se nos dio un gobierno como así lo soñó nuestro Líder José Francisco Peña Gómez, en donde la materia prima fuera primero la gente, la base, luego “los popis”.
Hoy base nadie te mira, te distancian, y hasta te desprecian, a ti que te abrazaban el cuatro de julio en la noche, ahora en septiembre sólo te quedan ganas de llorar, pues te entiendo, en ocasiones me he puesto en tu lugar, que también es el mío, si alguien tiene las lágrimas cerca ese o esa eres tú base.
Sé que te has sentido en confusión, si ganaste o perdiste, no te desesperes, aunque sé que ya no podemos esperar, que esta declaración de millones no te haga desesperar más.
Sí, yo sé de tu situación, que no tienes trabajo, meses de casa en atraso, tu nevera es lo más parecido a una piscina o a la playa porque solo contiene agua, que eres la burla de la familia, de los amigos, de los que están del otro lado de la acera, hasta de los que no te contestan las llamadas y eran autodenominados “Lideres”, pero más nunca bajaron para el barrio.
Pero tengo fe, que quienes no te han sabido valorar aún están a tiempo de rectificar, de darte participación, de no excluirte por tu color de piel, por tu clase social, o porque eres tú quien hace el trabajo de campo, que alguien lo ve como sucio, cuando lo sucio es como te han jugado.
Eres parte de la historia de creación de un partido que en ocho años lo logró todo. Es por esto que tienes que subir esas banderas del ánimo y la esperanza, allí afuera muchos buscan dividir creando agitación, pero en pleitos de marido y mujer nadie se mete, pues en pleito de partido y base sólo los del PRM tienen pase.
Seamos fuertes y multipliquemos las obras de esta gestión de Luis Abinader, que es de todos incluyendo los que hoy ocupan un lugar por 16 años que a ti todavía no te dan.
Una pandemia es una tragedia mundial, más para los que están afuera que para los que están adentro y se buscan quedar.
Los de adentro pueden dar clases intensivas de cómo se vive en las mieles del poder durante años ininterrumpidos, a los que de igual forma por casi dos décadas y una pandemia no pueden creer aún, que su ministro(a), director(a), o gobernador(a), les olvido.
Altos dirigentes, no castiguemos más, a esos humildes que ya no aguantan más, “el cambio” fue posible, ahora vamos a gobernar, pero no olviden que para que un juego sea posible, el presidente debe tener un buen equipo monticular, que descifre los picheos del contrario, y que luego de pegarle duro fuera del parque a la pelota, recorra bien las bases, para que pueda ser válida la carrera a anotar, porque ¡Sin bases en 2024, no habrá juego de pelotica!