por: Hector Gómez
Recuerdo que, cuando pequeño, dos de mis programas de TV favoritos eran el Show del Mediodía y «Con Los Famosos», en tanto que en lo que respecta a la radio, «El Gobierno de la Mañana», de la emisora Z 101 era el referente obligado.
Era un seguidor fiel de dichos programas.
¡Las vueltas que da la vida!. En la actualidad, Dios nos ha concedido el gran honor y privilegio de ser el Editor Deportivo de los referidos programas antes mencionados.
Definitivamente, debemos luchar por nuestros sueños, por nuestras metas, por nuestras aspiraciones. Obviamente, debemos prepararnos para cuando llegue la oportunidad de demostrar que podemos asumir los retos que se nos presenten, no quedarle mal a quien nos de la oportunidad de desarrollarnos y tenerle una gratitud eterna a quienes nos abrieron las puertas.
Debemos confiar en nosotros mismos, en nuestros talentos, capacidades y no hacerle casos a las críticas dañinas y perversas de personas que lo único que buscan es tratar de influir negativamente en nuestro enfoque de seguir hacia adelante. No importan que se burlen de ti, que te humillen. Dios y el tiempo se encargará de poner todo en su justo lugar.
Recuerdo las burlas que muchos me hacían cuando guardaba recortes de periódicos, cuando me ponía a hacer las veces de locutor y comentarista deportivo. Así como también las veces que me decían: «este tipo tá’ como loco con todos esos periódicos y es de un campo que le dicen dizque Bánica, que está más lejos que el diablo…». Lejos de bajar mi autoestima, esas burlas me hacían más fuerte cada día.
Esto es extensivo a cualquier aspecto de la vida, por eso, comparto estas reflexiones con cada joven dominicano que viene de los estratos sociales más humildes y de los lugares más apartados del país.
Nada ni nadie te puede impedir que alcances tus metas, por más adversidades y situaciones dificiles que se te presenten en tu vida, puedes estar seguro que Dios nunca te dejará solo. Con la ayuda de Dios y tu deseo inquebrantable de superación no hay pared alguna que no puedas derribar.
¡Que nadie hable de imposibles!
¡Adelante jóvenes, apuesto a ustedes!