El 21 de Octubre de 1833, en Estocolmo, Suecia, nacía un químico, ingeniero e inventor que empleó todo su talento para la creación de armas y explosivos, pero en el ocaso de su vida agobiado por el complejo y la culpa volcó toda su fortuna para fomentar los avances científicos para la paz, ese día nacía Alfred Nobel.

 Su padre, el ingeniero Immanuel Nobel, trasladó a toda su familia a San Petersburgo, Rusia, donde instaló una fábrica de armamentos y explosivos, fue allí que Alfred recibió una educación de excelencia en literatura y humanidades. Pese a los esfuerzos de su padre, Alfred y su hermano Emil se apasionaron por su oficio y cambiaron sus estudios a ingeniería y química.

Su hermano Emil murió manipulando nitroglicerina, por lo que Alfred se obsesionó en crear algo más estable, en 1863 logró crear un explosivo plástico inyectando nitroglicerina en un material poroso, había inventado la «Dinamita».  

De lleno en la investigación armamentística inventó el detonador de mercurio, la Gelignita y la Balistita, todas estas patentes y las fábricas para producirlos lo convirtieron en multimillonario.   Si bien el se justificaba en público aduciendo que sus inventos estaban direccionados a la minería, en la intimidad sufría por las consecuencias de sus inventos, intentó buscar refugio en la escritura y la poesía, pero no mitigaban sus pesadillas.

En 1895 fundó la fábrica de armamentos Elektrokeviskas Aktiebolaget, fue el último acto que soportó, se contactó con la academia de ciencias sueca para diseñar una fundación que se dedique a fomentar las investigaciones para la paz. Sus socios y familiares se comenzaron a preocupar por el destino que Alfred le daría a su incalculable fortuna, cuando el 10 de Diciembre de 1896 un derrame cerebral le provocó la muerte, todos creyeron que sus preocupaciones acabarían, pero Alfred les daría una sorpresa post mortem.

Alfred Nobel había redactado en secreto un testamento con el que buscaba la redención que no obtuvo en vida, de su fortuna de 33 millones de coronas solo dejó a su familia 100 mil, el resto se constituyó en la «Fundación Nobel», su voluntad era que con el dinero que el acumuló destruyendo vidas se premiaría a quienes hacían aportes científicos y humanitarios para la Paz.

Desde 1901 se premia económicamente a las personas o instituciones que hagan aportes para la vida, la ciencia y humanidades en los campos de la Química, la Física, la Medicina, la Literatura y la búsqueda de la Paz.

Foto del avatar

Por Vicente Florian

Periodista egresado de la UASD, Maestrando en Tecnologías de la Información y Comunicación para Docentes (TIC), Historiador e Investigador.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *