Existen pocas verdades absolutas, pero hay una que es indiscutible. No importa cuando se hizo, ni quién lo hizo, ni como esta dibujado, si te muestran un mapa del mundo, está mal.

Cada sociedad decide que verdad sacrificar, formas, superficies o distancias, las tres juntas son imposibles. Y no es malicia, es geometría, la superficie de una esfera no tiene manera de ser proyectada en un plano.

Si no estas convencido, pela prolijamente una naranja y luego intenta aplastar la cáscara en forma de rectángulo.

El cartógrafo flamenco Gerardus Mercator lo logró, pero se tomó algunas licencias, mejor dicho hizo cualquier cosa. El primer punto es la elección del arriba, ¿Cual es la parte de arriba de una pelota?, Mercator vivía en Europa y mejor nos ponemos arriba.

Hoy en día cuando las agencias espaciales recopilan las fotos de las misiones se pasan meses «enderezándolas» ya que ninguna llega con el polo norte arriba.

El «Planisferio» de Mercator tiene más de 450 años y es un mamarracho, sin embargo se sigue enseñando en los colegios de casi todo el mundo. Su proyección cilíndrica tangente al ecuador transformaba los gajos entre meridianos en rectángulos. mientras que las distancias cercanas al ecuador permanecen bastante fieles, las más alejadas aumenta de manera desproporcionada.

Este mapa solo sirvió, y mucho, para la navegación ya que permitía trazar las rutas de rumbo constante o loxodrómicas como líneas rectas e ininterrumpidas. Ahora si vemos como quedaron expresadas las superficies de los países y las distancias entre sí, es una vergüenza. Como dijimos las distancias cercanas a los polos se agrandaban, los continentes del hemisferio norte, más próximos al polo, se dibujaron desproporcionadamente grandes con respecto a los del hemisferio sur más lejanos al suyo. Si hoy vemos un planisferio de Mercator Groenlandia es casi igual en tamaño que África, sin embargo esta última es 14 veces más grande. Alaska es similar a Brasil cuando el país sudamericano en 5 veces más grande.

Europa parece el doble de tamaño que Sudamérica, cuando realmente es la mitad. Estas distorsiones no pasaban desapercibidas pero si bien estaban todos de acuerdo en lo malo del planisferio de Mercator, nadie podía elaborar uno mejor, cuando solucionaban una distorsión generaban otra.

Así fue que al antiguo «Mapa Mundi» y el «Planisferio», se le sumaron la «Proyección de Gall-Peters», la «Proyección de Robinson», la «Proyección Winkel Tripel» y la «Proyección de Goode». Cuando nos creíamos que todo estaba perdido dos arquitectos salieron a tirarnos un salvavidas.

El estadounidense Buckminster Fuller creó el «Dymaxion map», un poliedro que no sirve para la navegación pero es el más exacto en la representación de la superficie de los continentes. Por otro lado el arquitecto japonés Hajime Narukawa creó el «Authagraph», un intrincado origami que al desplegarlo se tiene una real dimensión de las proporciones.

Quizás algún día comprendamos como hizo Google, que con la misma barrida de fotos satelitales representar una esfera en el Google Earth y un planisferio en el Google Maps.

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Por Vicente Florian

Periodista egresado de la UASD, Maestrando en Tecnologías de la Información y Comunicación para Docentes (TIC), Historiador e Investigador.

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