El 19 de febrero de 1473, en Torun, Prusia, Reino de Polonia, nacía el matemático, jurista, físico, clérigo católico, gobernador, líder militar, diplomático, economista y astrónomo Nicolás Copérnico, padre de la astronomía moderna.
Nacido con el nombre de Mikołaj Kopernik, estudió en las universidades de Cracovia, Bolonia y Padua, donde se recibió en las especialidades de Derecho, Medicina, Griego, Filosofía y Astronomía, trabajó como asistente del astrónomo Doménico da Novara, en 1503 se trasladó a Ferrara donde se recibió de Doctor en Derecho Canónico.
En 1519, tomando como punto de partida los estudios de Aristarco de Samos rechazados en su momento por el sentido común de la época, comenzó a trabajar en la teoría del «Heliocentrismo», que contrastaba con el del Geocentrismo aceptado por la iglesia, nunca tuvo que enfrentar el rechazo como el que sufrió Galileo Galilei, por el contrario fue nombrado administrador de la diócesis de Warmia.
El resultado de 25 años de estudios en su libro «De revolutionibus orbium coelestium» (Sobre las revoluciones de las esferas celestes) suele ser considerado como el punto inicial o fundador de la astronomía moderna, además de ser la piedra fundamental de la naciente Revolución Científica, este libro fue publicado un año después de su muerte por su discípulo Andreas Osiander.
El libro determina lo que Copérnico llamaba «Las bases del movimiento heliocéntrico» donde se revelaban datos que hasta ese entonces solo estaban en el terreno de las «posibilidades», estos eran «Los movimientos celestes son uniformes, eternos, y circulares o compuestos de diversos ciclos», «El centro del universo se encuentra cerca del Sol y no en la tierra», «Alrededor del Sol, orbitan en orden, Mercurio, Venus, la Tierra y la Luna, Marte, Júpiter, Saturno» (los planetas conocidos hasta ese entonces), «La Tierra tiene tres movimientos: la rotación diaria, la revolución anual, y la inclinación anual de su eje», «La distancia de la Tierra al Sol es pequeña comparada con la distancia a las estrellas» y que «cualquier movimiento que parezca realizado en la esfera de las estrellas no es tal, sino que lo que se mueve es la Tierra».
Estas teorías fueron aceptadas de inmediato, incluso por la iglesia, aunque todo cambió en 1545 cuando el «Concilio de Trento» las declaró enemigas de la Iglesia y las censuró y ocultó, dejando establecida la reforma radical de la Iglesia e imponiendo un programa de recuperación y defensa del dogma frente al mundo reformista. Falleció el 24 de mayo de 1543 y fue sepultado en la catedral de Frombork, su cuerpo se creyó perdido hasta que en 2005 un grupo de arqueólogos y antropólogos lo recuperó y volvió a enterrar pero en una tumba identificada.