El 14 de octubre de 1971 El general de brigada Ney Rafael Nivar Seijas es nombrado Jefe de la Policía Nacional, en sustitución del también brigadier Enrique Pérez y Pérez, por presión internacional para el desmantelamiento de la llamada «Banda Colorá».

Por HAMLET HERMANN (2008)

Desde la toma de posesión del presidente Balaguer el 1º de julio de 1966 y a lo largo de su segundo período de gobierno (1970-1974), se desarrolló una profunda rivalidad entre los generales Neit Nivar Seijas y Enrique Pérez y Pérez. Es tal la importancia que le concede Brian J. Bosch, autor del libro “Balaguer y los Militares Dominicanos”, a esta contradicción, que le dedica cerca de 100 páginas de su obra.

El coronel (R) Bosch destaca que Nivar Seijas había dedicado toda su energía al retorno de Balaguer a la Presidencia hasta el punto de haber compartido con éste el exilio en Estados Unidos. Suponía, por lo tanto, que una vez llegado al poder, el Presidente lo designaría como Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, Nivar y sus seguidores fueron sorprendidos el 1° de julio de 1966 cuando Balaguer mantuvo al general Enrique Pérez y Pérez en ese cargo. Se convertía así en el único miembro del gabinete del gobierno provisional de Héctor García-Godoy que permanecería vigente.

Balaguer reintegró a Nivar al Ejército en su antiguo rango de coronel. Lo designó para dirigir el Cuerpo de Ayudantes de la Presidencia, un cargo que en 1966 no tenía gran influencia en el establishment político militar.

A lo largo de la extensa descripción que hace el otrora miembro del MAAG en su libro, deja entrever la afinidad de los asesores estadounidenses con Enrique Pérez y Pérez, a quien consideraban un profesional militar.

Destaca varios episodios que, según su entender, lo hicieron el preferido de la Embajada de Estados Unidos en Santo Domingo. En contraste, según el autor de la obra, consideraban que Nivar no tenía educación militar y se dedicaba más a los asuntos políticos.

En la página 84 de su libro “Balaguer y los Militares Dominicanos”, el autor refiere que luego del pobre comportamiento del CEFA en el puente Duarte el 27 de abril de 1965, nuevas figuras militares empezaron a surgir. Brian J. Bosch describe el desempeño de Pérez y Pérez durante la Operación Limpieza que buscaba aniquilar a los constitucionalistas que operaban en la parte Norte de la ciudad de Santo Domingo. El asesor del MAAG, Juan A. Montes, quien apoyó directamente dichos ataques, describió a Pérez y Pérez como un hombre con habilidad natural para mandar. Había dirigido sus tropas en los sangrientos combates, casa por casa y cuadra por cuadra, sin demostrar ninguna emoción o vacilación. Operación Limpieza fue considerada un éxito por el MAAG. De ahí en adelante, Pérez y Pérez se estableció ante los asesores de Estados Unidos como el líder de los militares dominicanos.

Una nota al pie de la página 85 señala la ejecución sumaria de civiles capturados durante la Operación Limpieza aunque no las atribuye a Pérez y Pérez, sino a dos oficiales bajo su mando.

“La Embajada” se involucra en la rivalidad. Sin dudas, de acuerdo con el libro de Brian J. Bosch, Pérez y Pérez había cautivado a la embajada de Estados Unidos hasta el punto de que el 16 de marzo de 1966, el embajador Bennett envió un mensaje a Washington con una extraordinaria descripción de éste.

Más adelante, enviaría otro cable en el que mencionaba la lealtad personal de Nivar hacia Balaguer pero, al mismo tiempo, consideraba que sus maquinaciones políticas habían llegado hasta el punto de enturbiar seriamente las relaciones entre funcionarios del régimen.

El coronel (R) Bosch opina en su obra que el alejamiento de Nivar Seijas del entorno del doctor Balaguer sólo pudo ser posible cuando el general Antonio Imbert Barreras sobrevivió un atentado contra su vida y el Presidente ordenó una extensiva investigación. Dos días después del incidente, Imbert ofreció una conferencia de prensa en la que denunció que el atentado había sido hecho por “un trujillista cabal”. Se comentó entonces que los coroneles Nivar y Marmolejos estaban detrás de la conspiración para asesinarlo.

En breve plazo Nivar fue oficialmente transferido al mando de la Primera Brigada del Ejército Nacional. Ya no tendría acceso directo al presidente Balaguer y, teóricamente, tendría que subordinarse al Jefe de Estado Mayor del Ejército quien a la vez tendría que reportarse a Pérez y Pérez. Pero Nivar trataría de convertir la derrota en victoria.

En lo adelante, trataría de hacer de la Primera Brigada una potencia militar como lo había sido el CEFA.

De acuerdo con los estándares de los militares de Estados Unidos, dice el autor, Nivar nunca se había desarrollado como un eficiente oficial. No solamente le faltaba una educación militar formal sino que, durante su carrera, nunca había participado en conflictos armados en República Dominicana. Según el coronel escritor, “observadores imparciales” en los cuarteles creían que Nivar no podía ni siquiera conducir las cuestiones básicas relacionadas con el planeamiento de operaciones sencillas.

Segundo período de Balaguer

El inicio del segundo período de gobierno de Balaguer en 1970 dio oportunidad al ascenso de Nivar Seijas a General de Brigada mientras todavía comandaba la Primera Brigada. Pérez y Pérez aparentaba entonces estar relegado a segundo plano.

Una comunicación de la embajada estadounidense informaba que Nivar había adquirido riquezas que podrían servirle para influir en la política. Lo consideraba inmensamente rico. La sección política de la misión estadounidense informó a Washington en octubre de 1970 que Nivar consideraba a Juan Bosch y al PRD como posibles aliados en futuras lides políticas. Con esto contrariaba en gran medida los planes de la administración Johnson para República Dominicana.

Buscando siempre el equilibrio entre las facciones en pugna que permitiera controlar a los militares, en diciembre de 1969 Balaguer designó a Pérez y Pérez como Jefe de la Policía Nacional. Ese equilibrio sería inestable ya que dicha institución no tenía capacidad de combate aunque respondía a los planes de Estados Unidos en ese momento. No obstante, el contacto directo de la Policía con la población, entraba en contradicción con las ambiciones políticas de Nivar Seijas. Nubes tormentosas se avecinaban.

Por Redacción

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