Años después de vivir en libertad, esta elefante no olvida a sus rescatistas y comparte su felicidad con ellos.

Los elefantes son animales impresionantes conocidos por su gran inteligencia, una notable memoria y los fuertes lazos personales que crean, ya sea con miembros de su especie o incluso humanos.

La principal amenaza de estos enormes animales son los cazadores furtivos, quienes atraídos por el marfil de sus colmillos, hacen todo lo posible por quitarle la vida a los elefantes.


Afortunadamente, existen asociaciones en África y el mundo, para preservar a estos paquidermos y asegurarles una vida lejos de los peligros de la caza furtiva.

Una de estas asociaciones es Sheldrick Wildlife Trust (SWT) con sede en Kenia. Dicha organización ayuda a los elefantes huérfanos y los cuida hasta que pueden ser liberados en su hábitat cuando son adultos.

Louijuk es una elefante que fue rescatada por esta organización en 2006 cuando el animal a penas tenía cinco meses de edad. Loijuk nunca ha olvidado a sus rescatadores por lo que se mantiene cerca de ellos.


Hace unos meses, Benjamin Kyalo y su equipo tuvieron la alegría de encontrar a Loijuk con una sorpresa. La elefante, de ahora 14 años de edad, llegó con su bebé recién nacida, para presentarla a su antigua familia.

La pequeña cría era presumida orgullosamente por su madre quien permitió que sus cuidadores se acercaran para acariciar a la bebé.

Loijuk y su bebé iban acompañadas por Ithumbah y Naserian, un par de elefantes hembras que cuidaron de Loijuk cuando era pequeña.

Los cuidadores nombraron a la nueva integrante de la familia Lili. Para conocerse mejor, Benjamin pudo acercarse a Lili, acariciar su frágil piel y respirar cerca de su trompa, lo que le permite que la cría reconozca su olor.

“Los elefantes tienen una memoria y sentido del olfato increíbles, y nuestros guardias a menudo respiran en las fosas nasales de los huérfanos para que puedan reconocerlos”, comentó Rob Brandford, director de SWT.

Esta visita permitió al refugio velar por la joven elefante, su forma de andar y su dieta para que pueda unirse al rebaño con su madre en las mejores condiciones.


Lili es la cría número 31 nacida de un elefante huérfano rescatado por el SWT. Sus acciones permiten mantener una cifra constante en términos de población de elefantes en la reserva de Tsavo.


Además, los animales siguen siendo tan leales y agradecidos con las personas que los salvaron y Loijuk es una prueba de ello.

Por Redacción

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