La historia detallada de estos 4 Jovenes
Hay combates desiguales en los que se puede perder la batalla, pero aún así, los perdedores resultan triunfantes, pues alcanzan la inmortalidad.
Resistieron casi hasta la caída del sol y convirtieron aquella cueva en una trinchera del honor desde la que acabaron con las vidas de un buen puñado de soldados y policías. Ocurrió el 12 de enero de 1972, a un lado de la autopista Las Américas, en el kilómetro 14 ½.
¿Quienes eran estos Titanes de la Revolucíon?
Sus nombres eran : Amaury Germán Aristy, Ulises Arquímedes Cerón Polanco, Virgilio Eugenio Perdomo Pérez y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta).
Amaury Germán Aristy
El movimiento revolucionario dominicano tuvo en Amaury Germán Aristy a uno de sus mejores ejemplos no sólo por su arrojo y convicción política, sino en su entrega a la causa liberadora de un régimen de ignominias y crueldades que sustentó el gobierno de los doce años (1966-1978) que presidió Joaquín Balaguer.
Amaury Germán Aristy, un muchacho de un pueblo de montañas, como Padre Las Casas, en la provincia de Azua, nació el 13 de abril del año 1947, y siendo aún un adolescente se integró a las ideas políticas surgidas a raíz de la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, un período de oscurantismo que marcó su niñez y, luego ya en Santo Domingo, repudió militantemente el golpe de estado con el profesor Juan Bosch, el 25 de septiembre de 1963.
En 1964, Amaury fue escogido de la Dirección de la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER) y de la Sección Juvenil de la Secundaria adscrita al Movimiento 14 de Junio, organización a la que llegó a ser uno de sus más connotados dirigentes.
Cuando el 24 de abril de 1965 estalló la Revolución de Abril, el joven revolucionario participó activamente, encabezando la dirección de los Comandos Constitucionalistas.
Herido en una pierna durante él frustrado asalto al Palacio Nacional, el 19 de mayo de ese año, siguió en la clandestinidad detalle de la ocupación norteamericana y de las negociaciones que finalmente concluyeron con el armisticio.
Elegido presidente Joaquín Balaguer, tras unos comicios tildados de fraudulentos, Amaury pasó a la clandestinidad total, y en 1967 viajó a la Habana, Cuba, para participar en la Conferencia Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), donde fue elegido vice-presidente.
Posteriormente, viajó a China para prepararse militarmente y pautar la lucha en aras de la liberación del pueblo dominicano.
En La Habana se reunió allí con el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien ya había desertado del cargo de agregado militar en Londres y se estableció en Cuba para organizar el proyecto militar y político que en 1973 se denominó la “Guerrilla de Caracoles”.
De las reuniones sostenidas con el líder de la Revolución de Abril surgió la coordinación de un movimiento que se denominó “Comandos de la Resistencia”, también “Los Palmeros”, concebido para que fuera el brazo armado de apoyo a la expedición guerrillera de Caamaño.
Amaury ingresó subrepticiamente al país en 1968 y organizó el grupo de “Los Comandos de la Resistencia” junto a Bienvenido Leal Prandy, Virgilio Perdomo y Ulises Cerón Polanco, con los cuales planificó y ejecutó acciones desestabilizadoras en contra del régimen de Joaquín Balaguer.
Los organismos de inteligencia militares y policiales, unidos a los servicios de espionaje de la CIA, a finales de 1969 detectaron la presencia en el país de Amaury Germán Aristy, lo que desató una serie de apresamientos y torturas en contra de jóvenes revolucionarios en busca de informaciones sobre los contactos y el paradero del dirigente de izquierda.
Ulises Cerón
Ulises Arquímedes Cerón Polanco nació en San Carlos el 14 de enero de 1938, hijo de Arquímedes Cerón Perdomo y de Rosa Amelia Polanco González, Ulises creció en un hogar humilde, pero digno.
“Éramos pobres pero con un padre de principios que nos enseñó a compartir lo poco. Era maestro constructor y ebanista”, cuenta Gladys. Los demás hermanos, Pilar, Alberto Antonio (Titico), César Augusto y Freddy sufrieron los rigores de la persecución balaguerista. La madre fue apresada como rehén en interminables allanamientos, Titico estuvo preso largos años y en más de una ocasión fue vejado a pleno sol, frente a doña Rosa.
Ulises ufrió desde niño los atropellos del trujillato: lo enviaban a desyerbar las fincas de los Trujillo junto a presos comunes, en represalia porque lo descubrían criticando al régimen, y regresaba a la casa con las manos hinchadas, llenas de ampollas. “Papá recurría a su primo José Dolores Cerón, que era del Ejército, y éste reaccionaba: “Ulisito otra vez, ese niño no coge cabeza”. Desarrollado prematuramente, debía cargar el acta de nacimiento para demostrar su edad, recuerda Gladys, la hermana preferida del revolucionario que cayó en combate el 12 de enero de 1972. Los hijos y la viuda del integrante del grupo político “Los Palmeros” residen en el extranjero.
Gladys, que fue depositaria de sus secretos y afectos, es también la que conserva cartas, notas, fotos, tarjetas, la ropa formal y casual que usó el guerrillero e infinidad de testimonios orales que le han transmitido compañeros de lucha de Cerón. Llora al recordar los trágicos pasajes y los momentos dolorosos que vivió el hermano, como fue el apresamiento en Cuba por diferencias con Caamaño, pero se repone y confiesa orgullosa que a pesar de aquella humillación, su hermano vino decidido a preparar la resistencia porque su ideal era lograr una sociedad justa.
Nacido en San Carlos el 14 de enero de 1938, hijo de Arquímedes Cerón Perdomo y de Rosa Amelia Polanco González, Ulises creció en un hogar humilde, pero digno. “Éramos pobres pero con un padre de principios que nos enseñó a compartir lo poco. Era maestro constructor y ebanista”, cuenta Gladys. Los demás hermanos, Pilar, Alberto Antonio (Titico), César Augusto y Freddy sufrieron los rigores de la persecución balaguerista. La madre fue apresada como rehén en interminables allanamientos, Titico estuvo preso largos años y en más de una ocasión fue vejado a pleno sol, frente a doña Rosa.
Afectado por tanto abuso, don Arquímedes sufrió un infarto que le ocasionó la muerte. “Son heridas que no se cierran, aunque han pasado 35 años”, expresa Gladys. Ulises Arquímedes formó ese carácter resuelto contra las injusticias quizá inspirado en la conducta de su padre, que comentaba los atropellos de Trujillo.
El abuelo materno, Domingo Polanco, era horacista “y Trujillo le quitó la hacienda Caracol, en Bonao”. Por eso, apenas graduado de bachiller en el liceo Juan Pablo Duarte, Ulises se integró a los jóvenes que se enfrentaron a los remanentes de la tiranía derribada. Desde Bonao, donde fue a identificar calieses, lo trajeron preso en un vehículo de los llamados “Colepato”. En la lucha política Fue uno de los fundadores del Partido Revolucionario Dominicano y luego pasó al 14 de Junio como miembro de Buró Militar. Estuvo entre los fundadores del sindicato del Ayuntamiento, donde trabajó, y “cuando Peña Gómez llamó el pueblo a las calles a defender la democracia, en abril de 1965, Ulises desapareció por una semana y regresó armado de ametralladora y con una herida en la frente. Estuvo en el bombardeo del Puente Duarte “y en un comando cercano al cementerio de la Máximo Gómez entre los que estaban Flavio Suero, Titico, Homero Hernández, Arnulfo Reyes y un guardia apodado Guandulito que se unió a los constitucionalistas, entre otros”. Fue miembro del comando de la Sánchez número uno, recuerda Gladys, y se mantuvo “protegiendo la aduana del Puerto hasta que los americanos la quemaron.
Estuvo en el asalto a la fortaleza Ozama que dirigió Homero Hernández, y en el que estuvieron también Amaury Germán, Bienvenido Leal (Chuta),…”. Refiere que su hermano tendió la mano a un militar que se ahogaba y éste “prefirió hundirse, pensando que lo ejecutarían, eso afectó mucho a Ulises, que era un gran ser humano”. “De ahí salió afectado de la audición pues estaba colgado de un tanque, y cuando tiraron sorpresivamente todos cayeron. No oía casi nada de un oído”, manifiesta. En su viaje de entrenamiento a Cuba le curaron esta afección y una cojera que le dejó la caída de un tercer piso.
Otra acción en la que participó en esos convulsos días fue en el asalto a la fortaleza de San Francisco de Macorís por lo que fue apresado y golpeado hasta romperle un brazo, que le curaron, al mes, en una clínica privada. A los tres días de dado de alta volvió a la zona constitucionalista. Concluida la contienda de abril, Ulises continuó la lucha contra la represión balaguerista, oculto, pues desde que Joaquín Balaguer inició su mandato lo acusaron de un robo en la Lotería Nacional. Jamás lo encontrarían pues ningún organismo de seguridad sospecharía cuál era su refugio: una casa justo al frente del Palacio Nacional.
Después se ocultó en la de un sobrino y “nos mandaba a buscar, nos abrazaba y besaba, era el querendón de la familia”. Al poco tiempo, recuerda, se publicó una lista con fotos de unos jóvenes que no podían entrar ni salir al país. Ulises “estaba tan camuflado que ni mamá lo reconoció. Cuando salió ese aviso hacía tres días que se había ido, suponemos que a Cuba”. Ulises casó con Altagracia Bonet, madre de sus hijos María Teresa, Sandra (nacida en la revolución), y Ulises Arquímedes”, nacido el 10 de enero de 1972.
Virgilio Eugenio Perdomo Pérez
Hijo del matrimonio formado por los señores Eugenio Perdomo Ramírez y Dolores Quisqueya Pérez, quienes procrearon a Otto Virgilio, las mellizas Irahiza y Giannella, Virgilio Eugenio y Elia Celeste Adriana. Sus hermanos Otto Virgilio e Irahiza vivieron pocos meses. Su padre, Eugenio Perdomo Ramírez, participó en el Movimiento clandestino 14 de junio; detenido el 25 de enero de 1960, en Santiago de los Caballeros, estrangulado días posteriores en la casa de torturas, denominada “La 40”.
Virgilio Eugenio nació en La Romana, el 23 de noviembre de 1943, donde también recibió las Aguas Bautismales en la Iglesia ¨Santa Rosa de Lima¨.
A principios de la década de los años ´50, debido al trabajo de su padre y por breve período, la familia se traslada a San Pedro de Macorís. Por iguales motivos, Virgilio Eugenio y su familia viven una corta temporada en Santo Domingo (Ciudad Trujillo), con residencia en el 3er. Piso del Edificio ¨La Ópera¨, sito en la calle Duarte, frente al otrora cine ¨Rialto¨.
Durante el período 1952-1963, los Perdomo Pérez, fijan su residencia en la ciudad de Santiago de los Caballeros. En la Catedral de Santiago Apóstol El Mayor, recibe la Primera Comunión.
Su perfil:
Extremadamente pulcro, además de presumido; cariñoso, emotivo y excelente familiar, disfrutaba de sentirse querido. Tímido, fiel amigo, solidario con quienes padecían injusticias, actitud humana que aborrecía. De decisiones firmes y gran valentía. Creativo, perseverante y de brillante inteligencia. Heredada de su progenitor, la hipocondría se destacaba como una sus debilidades.
Sus estudios:
La Romana sirvió de marco para el inicio de sus estudios primarios, en la ¨Escuelita Particular de Tía Naná¨, propiedad de Adriana Perdomo Ramírez, tía paterna, ciclo escolar que finaliza en la Escuela ¨Ercilia Pepín¨, propiedad de doña Angélica Pepín, hermana de la ilustre educadora Ercilla Pepín. Posteriormente cursa la educación intermedia en el Colegio ¨Cibao¨, dirigido por doña Herminia Heureaux, hija del Presidente ¨Lilís¨, también su propietaria. Ingresa al Liceo Secundario ¨Ulises Francisco Espaillat¨, donde se gradúa como Bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas. Estudioso por naturaleza, también obtuvo títulos en Ciencias Naturales y Filosofía .
Estudios universitarios:
Ingresa a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) (1963)para cursar la carrera de Economía, disciplina que suspende y se transfiere a la Facultad de Ciencias Agronómicas y Veterinarias. Su gran amor a los animales, sobre todo a los perros, le inclina hacia estas ciencias, la que no concluye debido a sus compromisos en la lucha política.
Sus deportes y otras actividades:
Como todo joven de su época, practicaba la gimnasia y los ejercicios físicos;
también gustaba de jugar basket-ball en la cancha del Liceo, deporte de su preferencia.
En la universidad, aprende y practica artes marciales.
Sus amores:
En sus años de adolescencia Anny Valdez, quizás su primera novia conocida.
Tiempo después de finalizada esta relación, surge el noviazgo con Gilda Matilde Contreras, cuya familia, -Gilda Contreras y Pericles Franco, entre otros- tenía estacada participación como opositora al gobierno de Rafael Leonidas Trujillo.
En Cuba, donde viajó a principios del 1967, bajo las directrices de la Agrupación Política 14 de Junio (1J4), mientras desarrollaba el programa de entrenamiento, junto a otros compañeros, con Amarilis nueva vez llega el amor.
Su boda; su hijo:
El 10 de octubre de 1970, en la ciudad de Santo Domingo, contrae nupcias con Milagros Battle Pons, hija de los señores Rafael Battle y Catalina Pons, familia oriunda de La Romana, luchadora y defensora de los mejores intereses de la patria, de cuya unión nace Eugenio Ernesto.
Su labor política:
Virgilio Eugenio, en Santiago de los Caballeros, participa en las actividades organizadas por la Unión Cívica Nacional (UCN); miembro fundador y
dirigente destacado de la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios
(ANES-1962) además de la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER).
Junto a otros compañeros, organiza y dirige una marcha estudiantil por la libertad de los presos políticos. Terminados sus vínculos con la Unión Cívica Nacional, ingresa a las filas de la Agrupación Política 14 de Junio (1J4).
En el campus universitario, participa en la huelga creada por la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), llevada a cabo en su Alma Máter. En esta etapa conoce a Diómedes Mercedes, con quien desarrolló una hermosa amistad.
Se integra a la Guerra de Abril (1965) y en su posición de dirigente activo de la referida Agrupación Política, cae prisionero en el intento de asalto a la Fortaleza de San Francisco de Macorís. Puesto en libertad, y a consecuencia de la muerte de Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo Tavárez-1963) y demás dirigentes del 1J4, asume posición de mayor responsabilidad política.
En Cuba, forma parte del grupo ¨Los Palmeros¨. Posteriormente, retornando al país, conjuntamente con Amaury Germán Aristy, forman ¨Los Comandos de la Resistencia¨. Virgilio Eugenio, dirigente de los Comandos de la Resistencia, es responsabilizado (1970) para crear las condiciones del desembarco que dirigiría el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, que tendría lugar en las proximidades de Azua.
A su regreso de Cuba, -1968- en casa de su madre, es detenido y conducido a la penitenciaría “La Victoria”, donde permaneció por varios meses. Junto a sus compañeros de prisión y sin mayores opciones, les fue necesario recurrir a la estrategia de la huelga de hambre, en la que se mantuvieron firmes 41 días. Alcanzadas las metas y tras ser acusado de asaltar una sucursal bancaria del The Royal Bank of Canada, al término de esta jornada, obtuvo su libertad bajo fianza..
El gobierno del Dr. Joaquín Balaguer, en diciembre de 1971, desarrolla una campaña persecutoria contra ¨Los Comandos de la Resistencia¨, quienes acusados, entre otras acciones delictivas, de atracos a mano armada a instituciones bancarias del país, Virgilio Eugenio y sus compañeros Amaury Germán Aristy, Ulises Cerón Polanco y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta), logran romper el cordón militar que demarcaba los límites de la ciudad, organizado como medida represiva y persecutoria, en contra de los mismos, y se albergan en una vivienda ubicada en las inmediaciones del kilómetro 14½ de la autopista ¨Las Américas¨, lugar donde las fuerzas armadas dominicanas y efectivos militares norteamericanos, incluyendo un avión provisto de luces infrarrojas, detectan el grupo la madrugada de 11 de enero.
12 de enero de 1972. Junto a Amaury, y posterior a la muerte de éste,
Virgilio Eugenio fallece en horas de la tarde, en la denominada¨cueva¨, luego de largas, aciagas y valientes horas de lucha, conforme a la declaración que hiciera por radio Ramón Emilio Jiménez, exclamando: “¡C..o, la fiesta ya terminó: cayó Perdomo!”.
Mientras se desarrollaba el combate, desigualmente armado por los grupos en contienda: Fuerzas Armadas Dominicanas y efectivos militares norteamericanos Vs Amaury, Virgilio, Ulises y La Chuta, familiares y amigos hicieron contacto con el Nuncio Apostólico de aquel entonces, Monseñor Luciano Storero, tratando de buscar la vía para gestionar ante el Gobierno del Dr. Joaquín Balaguer, el cese de esa cacería humana. Dada la negativa del Gobierno, ¨Los Palmeros¨: Ulises, La Chuta, Amaury y Virgilio, coronaron sus frentes con estrellas.
Los cadáveres, luego de las gestiones que hicieran determinadas personalidades del momento, fueron entregados a los familiares. Sus cuerpos reposan en una tumba común, en fosas separadas, en el Cementerio de la Avenida Máximo Gómez.
Bienvenido Leal Prandy (La Chuta)
Bienvenido Leal Prandy dejó dos hijas, ambas llamadas Silvia, que no conoció. La primera nació en Cuba el diez de diciembre de 1971, hija de Teresa Monteagudo, compañera sentimental del revolucionario en los años de su entrenamiento. La segunda estaba aún en el vientre de su esposa, Magaly Souffront de Leal, cuando él cayó en combate, el 12 de enero de 1972.
Uno de los momentos más emocionantes en la vida de Julia Leal Prandy, hermana que fue también madre que lo alimentó y cuidó cuando la pleuresía se llevó a su progenitora, fue conocer aquella muchacha de la que sólo tenía noticias por fotos y por el testimonio del padre cuando ella vino al mundo: Julia, me nació una niña en Cuba, se va a llamar Silvia, le confió. Las dos niñas cuentan con el amor de los Leal, pero hace cuatro años Julia no sólo experimentó el encuentro memorable con la sobrina que nunca había visto sino que tuvo la oportunidad de aclarar interrogantes, confirmar o desmentir versiones de la estancia de Bienvenido en la hermana antilla.
¡Cuando yo vi esa muchacha no podíamos hablar ninguna de las dos. Se abrazó conmigo. Es igualita a nosotros!, manifiesta luego de un sollozo que parecía interminable. Silvia ya tiene un hijo, Danielito, y vive en Playa Santa Fe, en La Habana. Desde allá trajo la hermana predilecta de La Chuta tantas fotos que llenó dos álbumes. De sus conversaciones con Teresita pudo colegir que su hermano estuvo preso en aquel país. Él dejó de ir un tiempo, se supone que cuando estuvo detenido, dice.
-¿Es cierto que tuvo diferencias con el coronel Caamaño?- Responde de inmediato con un Sí rotundo pero enseguida aclara que eso lo supe después, lo había oído, me lo dijeron, no es que la Chuta me lo dijo. Tuvieron problemas pero no sé detalles. Cuando fui a Cuba le pregunté a Teresita y me dijo que él se le desapareció, que no iba, estando ella embarazada, presumo que sería en ese trayecto cuando estuvo preso. Luego dijeron que habían estado presos por desavenencia con Caamaño, significa.
Por haber vivido tan estrechamente ligada a su hermano desde que nació hasta que cayó abatido por todas las fuerzas militares balagueristas, Julia conoce con detalles la vida de ese pequeño que se llevó a su habitación para que no contrajera la enfermedad que le arrebató a la mamá y que, según los doctores Pérez y Pepín, de San Pedro, la criatura sobrevivió por un milagro. Yo lo alimentaba con leche condensada y agua de arroz,dice.
A Bienvenido le agregan un Silveira que no tuvo. Su padre lo llevaba, pero era una incógnita, no supimos nunca si era otro nombre. Chuta es un sobrenombre que le puso mi hermano Chichí. Nació el 19 de diciembre de 1939, hijo de José Leal, comerciante portugués que adquirió fama en La Sultana del Este por su hotel San José y su barbería Lusitania, y de Silvia Filomena Leal.
Previo a este matrimonio, el emigrante estuvo unido a una dama santomeña con la que procreó cuatro hijos: Yoyó, Jacinto, Pedro y Francia. De Silvia Filomena fueron: Lusitana, asesinada por su esposo, Vicente Bengoa, que también se suicidó; Vasco, Pombal, Guillermo, Gabriel, María, Bienvenido (que murió de difteria), Nubiana, Julia, Carlos, Aurora, Portugal (el único de los varones que está vivo, reside en Miami), Luis Camois, Silvia, Amelia y Bienvenido Leal Prandy.
Recorrido de La Chuta
La Chuta recorrió en su infancia y adolescencia la misma ruta que su hermana Julia quien, por haber estado casada en primeras nupcias con un agente de la Curacao, Manuel Pagán, vivió en Moca, Barahona, Santo Domingo y San Pedro de Macorís. Terminó bachillerato en el barrio de San Antón y luego de hacer amistades en la Isabel la Católica 62, Julia se alegró del traslado a Barahona porque ya el joven, que había trabajado en La Opa, tienda de equipos fotográficos, comenzaba a demostrar aversión al régimen de Trujillo. Tenía conocimiento del exilio de su hermano Guillermo que vendría en la expedición de junio de 1959 pero la embarcación se devolvió a Cuba y él se fue a Venezuela desde donde nunca ha regresado ni se sabe si vive. Bienvenido lo visitó cuando el presidente Joaquín Balaguer lo deportó en 1966.
Chuta era de poco hablar, muy tranquilo, muy noble, jugaba voleibol y básquetbol. Era bien parecido, según se aprecia en el afiche que conserva Julia. En Barahona las mujeres querían pelear por él. En aquella comarca, el esposo de Julia lo empleó en la factoría de la empresa donde trabajaba, fichando las tarjetas de la trilladora que limpiaba el café, como una forma de alejarlo del peligro trujillista. Julia, sin embargo, no dejaba de oír por las madrugadas las estaciones extranjeras delatando los atropellos del régimen, lo que no era ajeno a Bienvenido que muy pronto quiso retornar a la capital.
En la Canela
La calle La Canela número 14 de Ciudad Nueva, donde vivió el guerrillero, fue comando en abril al que se integraron, además de La Chuta, Oviedo, Arnulfo Reyes, Luis Parrish, Orlando Mazara, Homero Hernández, Papiro Lalane, entre otros que recuerda Julia. Fue centro donde Chuta, Virgilio Perdomo y Ulises Cerón esbozaban la lucha. Fue escondite, el lugar donde se presentó al retornar de Cuba, y de inmensidad de allanamientos que se prolongaron hasta más allá de la muerte del aguerrido miembro de Los Palmeros. El último fue en febrero de 1973 cuando desembarcó la guerrilla de Caamaño. Entonces a Julia la apresaron e interrogaron.
Desde esa casa salió la sufrida hermana en 1965 al avisarle que a La Chuta lo habían herido cuando empezaron a tirar de Los Molinos y a ella iba y volvía en sus constantes visitas a Neit Nivar Seijas, entonces jefe de la Policía, a jueces y funcionarios cuando a su segundo esposo, Orángel Marcial Paradas Martínez, se lo llevaron como rehén en 1971 tras el asalto a The Royal Bank of Canada en que implicaban a La Chuta a quien la contienda bélica de abril dejó como recuerdo la cicatriz de una herida en una pierna y acentuada una afección renal que es tradición familiar. El día del atraco estaba en el hospital Gautier con problemas en los riñones. Las monjitas del centro de salud estaban dispuestas a declarar, refiere Julia.
Adoctrinar obreros de la región Este, principalmente del Central Romana, junto a Guido Gil, fue entonces la misión de Leal Prandy cuando cesó la guerra. Luego sería deportado al ascender Balaguer al poder. Creo que viajó a Francia y después a Cuba donde se juntaron él, Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo, Ulises Cerón y Caamaño. Entonces sería Benito, nombre con el que firmaba sus postales clandestinas.
Con una cabellera y un cuello de cura regresó por Aruba a formar los Comandos de la Resistencia. Julia lloró al reconocerlo en el armario donde la esperaba en la casa de La Canela: ¡Ay Chuta! ¿Por qué viniste? ¡Los han matado a todos!, le decía. Pero, según narra, los próximos meses fueron de normalidad, aunque vivían movilizándose: Virgilio tenía una crianza de perros dobberman, Cerón salía y Chuta y Magaly se casaron en el ensanche Ozama, todos fuimos a la boda.
Fue después del asalto al Banco cuando se inició la persecución y el encierro de Leal en un escondite desconocido para Julia que se afanaba en lograr la libertad de su esposo y en hacer gestiones para salvar la vida de quien era como su hijo. El hermano perseguido y el esposo preso. Me entrevisté con Neit Nivar y le dije que mi hermano no era un ladrón. Me dijo: Le garantizo con mi vida que si se entrega no le va a pasar nada. ¿Cómo?, le respondí, si no sé dónde está? ¡Cuánto abuso se vivió aquí!, lamenta.
Julia, que nació el 21 de febrero de 1925 pero tiene lucidez envidiable, manifiesta que el día del enfrentamiento fue terrible. Cuando Neit Nivar declaró por la prensa que cayeron La Chuta y Cerón todos comenzamos a dar gritos, exclama ahogada en un río de lágrimas y expresa: ¡Treinta y cinco años y ese dolor no ha muerto! Al día siguiente nos entregaron el cadáver, en muy mal estado, quemado. Le dieron un tiro detrás, en la cabeza, la piel estaba totalmente quemada, estaba hinchado, casi irreconocible. Mi hermano Calín (Carlos) entró cuando lo estaban arreglando y salió grave.
La calle
El 16 de diciembre de 2006 la comunidad de San Antón entregó a Julia una placa en memoria del combatiente de primera línea y fiel defensor de los sagrados intereses del pueblo dominicano. El homenaje se une al que le rindió el Ayuntamiento de Santo Domingo Este al designar con su nombre una calle del barrio Juan Bosch. Otras dos calles le rinden homenaje en los sectores de Herrera y Los Pinos.