En diferentes culturas y tradiciones, las flores han jugado un papel simbólico importante. Entre todas las variedades, las flores amarillas se destacan no solo por su vibrante color, sino también por la rica carga emocional y cultural que se les atribuye.

En los últimos años, regalar flores amarillas ha ganado popularidad, especialmente cada 21 de septiembre, una fecha que, gracias a las redes sociales y la influencia de la música y la televisión, ha adoptado.

La tradición de regalar flores amarillas en septiembre se ha viralizado en gran parte gracias a una famosa serie argentina, Floricienta.

Simbolosmo

El simbolismo del color amarillo ha sido diverso a lo largo de la historia y varía según las culturas.

En muchas sociedades occidentales, el amarillo está asociado con el sol, la luz y la energía positiva. Simboliza la alegría, la felicidad y el optimismo. En el contexto de las flores, este color ha sido tradicionalmente interpretado como una señal de amistad y éxito.

Sin embargo, no siempre ha sido así. En épocas pasadas, y en algunas culturas, el amarillo también podía ser visto como un color de advertencia o de traición, ligado a la envidia o los celos. No obstante, en la actualidad, las flores amarillas son vistas principalmente como un símbolo de afecto amistoso y amor desinteresado.

El acto de regalar estas flores ha evolucionado más allá del romance. Ahora, también se asocia con el deseo de bienestar general, un símbolo de esperanza y gratitud hacia amigos y familiares, especialmente en tiempos difíciles, cuando el color amarillo actúa como un recordatorio de los días soleados que están por venir.

Más allá del 21 de septiembre

Si bien la popularidad del 21 de septiembre ha crecido enormemente, la práctica de regalar flores amarillas no se limita a esta fecha.

A menudo, las flores amarillas se utilizan para celebrar nuevos comienzos, como graduaciones, nuevos trabajos, o para levantar el ánimo de alguien que está atravesando un momento complicado.

En definitiva, regalar flores amarillas es un gesto lleno de simbolismo y significado. Aunque su auge reciente tiene raíces en la cultura popular argentina, esta práctica ha trascendido fronteras, convirtiéndose en una tradición más global y personal. Ya sea como un símbolo de amor, amistad o esperanza, las flores amarillas son un recordatorio de la belleza y la luz en la vida cotidiana.

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Por Vicente Florian

Periodista egresado de la UASD, Maestrando en Tecnologías de la Información y Comunicación para Docentes (TIC), Historiador e Investigador.

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