Nacido en Gdansk, Reino de Polonia, el 24 de mayo de 1686, la muerte prematura de sus padres no impidió que recibiera una educación de calidad, apoyado por sus familiares, completó sus estudios en viajes a Inglaterra, Alemania y Dinamarca, donde estableció una estrecha relación con el científico Ole Christensen Rømer.
Pese a sus intereses y conocimientos no le era fácil sumarse a la comunidad científica, por ello se tuvo que conformar con ser soplador de vidrio en una planta de Ámsterdam, lo bueno era que fabricaban instrumentos para científicos, cosa que aprovechó inteligentemente.
Fue presentando sus ideas y diseños hasta que en 1709 presenta el termómetro de agua y 5 años más tarde el de Mercurio, esto le valió ser reconocido por la comunidad científica.
Sus colegas lo animaron a seguir investigando, fruto de sus siguientes 3 años de trabajo es el libro «Acta Editorum», proponiendo una nueva escala para la medición de temperaturas, para ello utilizó como referencia una mezcla de agua y sal de cloruro de amonio a partes iguales, cuyas temperaturas de congelación y ebullición son más baja que la del agua. El punto cero de la escala °F está determinado por la temperatura de una mezcla de agua, hielo y cloruro de Amonio (unos -17 °C), los 96 °F, es el nivel del líquido en el termómetro cuando se lo pone en la boca o bajo la axila (unos 36.6 °C), esto determina el punto de ebullición del agua cerca de los 212 °F.
La elección de la temperatura en °C de -17 para igualarlo a su 0 °C es caprichosa y se basó en la temperatura más baja registrada en su pueblo natal en el invierno de 1709.
En 1724 publicó varios estudios en las Philosophical Transactions, el principal era el las temperaturas de ebullición de los líquidos y la solidificación del agua en el vacío, por este trabajo y sus aportes en la fabricación de elementos de medición de temperaturas fue incorporado a la Royal Society, puesto que honró hasta su muerte el 16 de septiembre de 1736.