Willy Rodríguez no resistió la embestida del covid.

La muerte del veterano locutor deja sin una de sus voces estelares a la radio dominicana, medio en el que fue un entusiasta propulsor, en el que se ganó el mote de “La Leyenda” y al que se entregó de la A a la Z, en cuerpo y alma, durante más de cinco décadas. Tenía 71 años de edad.

Aunque influenció en las emisoras de frecuencia modulada, su trabajo en los últimos 35 años se concentró en la emisora Z-101, donde fue director y de los fundadores de programas de gran incidencia socio-política y de altos niveles de audiencia como «El Gobierno de la Mañana».

Su pasión por las ondas hertzianas y la radiodifusión crecieron con él desde el seno familiar en La Vega, donde nació  el 12 de octubre de 1949.

En los años 40, su padre, Vinicio Soto Brenes, fue el primer técnico de planta de La Voz del Yuna, primera emisora dominicana que tenía su sede en Bonao, y cuyo propietario era José Arismendy Trujillo Molina, conocido como Petán.

«La radio está en nuestra sangre, nacimos viendo al viejo (su padre) trabajar radio y hemos seguido toda la vida haciendo radio», llegó a decir en una entrevista televisiva en 2017.

Su actitud de defensa de la democracia fue forjada en los brazos de su madre, Aracelys Rodríguez, quien a la vez era hija de Matili Rodríguez, familiar muy cercano al general Juancito Rodríguez, un comerciante que enfrentó la dictadura de Trujillo y contribuyó al financiamiento de las expediciones de Cayo Confites en 1947 y Luperón en 1949.

«La posición política de la familia nos trajo persecuciones, serias consecuencias, que nos afectaron en todo, incluso en los estudios», dijo en una entrevista en 2016 en el periódico El Caribe.

A mediados del siglo XX, en 1962, tras la caída de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, el joven ya fungía como radioaficionado en La Vega. 
En las noches tenía comunicaciones con colegas de Cuba, Venezuela y otros países de América Latina.

Una vez, llegó a contar, se presentó una situación de salubridad en un pueblo de Venezuela, que necesitaban de urgencia unos medicamentos «y nosotros servimos de puente para hacer posible que los medicamentos llegaran antes de la madrugada. Esto me marcó en la radio de servicio».

De La Vega a San Francisco

Cuando su familia se mudó de La Vega a San Francisco de Macorís, en la misma región del Cibao, su padre lo ayudó a construir una pequeña estación que cubría dos o tres cuadras, y ahí nació Radio Juventud, que operaba en la casa familiar.

En San Francisco también formó parte de emisoras comerciales, entre ellas Onda Tropical, Radio Merengue, Hibi Radio.

Luego fue a Ondas del Valle, en La Vega, y de ahí a Radio Santa María, en 1967.


De La Vega se trasladó a Santiago de los Caballeros (Radio Nacional, Radio Azul), donde hizo radio junto a Yaqui Núñez del Risco, Violeta Yangüela, José Guillermo Sued, quienes luego marcaron la comunicación en el país.

También laboró en la radio de Puerto Plata, que para los años 60-70 era muy moderna «y marcó mi vida».

En la capital dominicana

Del Cibao, en 1970 se fue a vivir a Santo Domingo, donde ingresó a HIJB para luego seguir a Radio Visión y HIZ.

En esa emisora capitaleña «viene otro gran momento de mi vida, que es el récord internacional de permanencia en un micrófono, donde duramos 64 horas trabajando radio sin parar, en ocasión de celebrarse en el país Miss Universo», relató en una entrevista con el periódico El Caribe.

De ahí pasó a Radio Santo Domingo y luego a Radio Disco, donde muchos aun recuerdan su voz y su estilo.


Su ingreso a la Z-101, llamado por el empresario Bienvenido Rodríguez, fue como director de eventos, y al poco tiempo lo nombra director general.

En 1986 inició el histórico programa «El Gobierno de la Mañana», que marca un antes y un después en la radio hablada dominicana y que marca el surgimiento de los denominados interactivos.

Lo de “La Leyenda”

Surge porque en los primeros años de «El Gobierno de la Mañana» estaban Marino Guzmán, Juan Taveras Hernández y él hasta que en un momento dado llega al programa don Álvaro Arvelo hijo «y nos bautiza con el nombre de La Leyenda de la Radio», en el año 1991.

«Para la época, en la calle Ramón Cáceres con Ovando, en Cristo Rey, se producían unos 12 atracos al mes, y nos propusimos llevar el arte al barrio, y abrimos la oportunidad a los jóvenes para que incursionaran al arte a través de la pintura, y agarramos todas las paredes de la zona e hicimos allí murales con esos muchachos, premiamos a los mejores; y muchos de los muchachos que eran perseguidos llegaron allí a hacer obras que permanecieron por muchos años. Esto mantuvo en don Álvaro la idea de que Willy Rodríguez era la leyenda de la radio en la República Dominicana», contó.

Varios reconocimientos

El director de la Z-101 recibió todos los reconocimientos importantes, como el otorgado por el gobierno de Leonel Fernández en el Grado de Gran Caballero, así como el Micrófono de Oro y otros galardones.

“Para mí, mi mayor reconocimiento es el servicio, saber que por nuestro medio alguien ha podido resolver un problema”,  llegó a comentar.

Willy deja una hija, Judith, y una nieta, que tiene tres hijos, o sea que también le sobreviven tres biznietos, dos hembras y un varón.

El legendario locutor se distinguió por la realización de grandes coberturas en la Z-101, como la Semana Santa, las navidades, el carnaval de La Vega y otros eventos importantes del país.

A Willy no se le ubica en otro lugar que no sea la radio, hasta justo antes de caer en cama de hospital contagiado de covid y morir.
“Yo trabajo de seis a seis, y no sé si realmente descanso, porque cuando llego a la casa me pongo a navegar en la computadora, y aunque estoy trabajado yo descanso leyendo, investigando…”, llegó a decir.

Cambio de apellido Soto por Rodríguez

Antes de llegar a la radio de Santo Domingo, Willy usaba el apellido de su padre, Soto (Willy Soto), pero es en la emisora HIJB que uno de sus propietarios o ejecutivos decidió cambiarle el apellido Soto por el de Rodríguez, que es el materno.

“HIJB era una estación que giraba hacia una radio moderna, la primera estación estereofónica. Willy Soto era el nombre en el Cibao de un género musical, de programas juveniles, y HIJB viene con otra línea y Pedro Gil, quien era el director de operaciones, sugirió el cambio de apellido y de Soto pasé a Rodríguez porque suena más musical y es algo nuevo para la capital», relató en una entrevista en la emisora Poder 98 de La Vega.
Sobre el cambio de apellidos abundó:  «Me llenaba también de alegría el hecho de poder usar el apellido Rodríguez porque durante muchos años nos vimos obligados a ocultar ese apellido en La Vega por la gran persecución de los seguidores o trabajadores de Trujillo que enfrentaron a nuestra familia desde que Juancito Rodríguez se convierte en un opositor del dictador y sufrimos muchísimo esto, llegó un momento que no podíamos usar el apellido Rodríguez».

Texto: Ramón Almánzar para Listin Diario.

Por Redacción

sσmσs єspєcíαlístαs єn cσmunícαcíσ́n sσcíαl, єnfσcαdσs єn lα nαrrαcíσ́n dє hístσríαs єn sєntídσ gєnєrαl cσn un fín єducαtívσ є ínfσrmαtívσ.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *